Higueruelas, el pueblo más joven de La Serranía, se asienta en medio de una hoya presidida por las eternas Peñas de Dios, cantiles de roca caliza que han quedado casi colgados de las denudadas montañas. A éstas el pueblo les debe no sólo la bella estampa que imprimen a su entorno, sino también sus principales medios de vida. Efectivamente, tanto la fértil tierra agrícola que motivó el asentamiento humano original, como el apreciado mineral que sigue extrayéndose en esta zona, proviene y está en esas montañas. Los estragos que la minería ha provocado en parte del paisaje de Higueruelas, no ocultan sus atractivos: fabulosas pinadas, árboles monumentales, bellas sendas, fuentes generosas y algún paraje realmente sorprendente en un pueblo vivo que cuenta con un patrimonio y unas tradiciones bien arraigadas.